*Durante todo el artículo se habla en femenino ya que hablamos de personas
Hace poco, conversaba con una amiga que, entre muchas cosas, es una increíble fotógrafa. En nuestra charla, mencionó su "sueño guajiro" de vivir en Nueva York, aunque solo fuera por un tiempo. Le pregunté por qué le parecía imposible, especialmente considerando que hace un par de años había ganado una beca para un taller de foto en esa misma ciudad. Juntas reflexionamos sobre cómo, a menudo sin darnos cuenta, somos las primeras en descartar nuestros sueños.
Me quedé pensando: ¿cuántas veces me he frenado? ¿cuántas veces me he enfocado en lo complicado, en lo que no tengo, en lo que no sé? ¿cuántas veces me enfoque en mis limitaciones, dejando completamente de lado mis fortalezas?
Cuando nos permitimos soñar, si es que nos permitimos hacerlo, rápidamente etiquetamos esos sueños como "fantasías", creando una distancia que parece imposible de alcanzar.
Ahora me pregunto: ¿qué nos impide tomarnos a nosotras mismas en serio? ¿Y si en lugar de llamarlos sueños, lo planteamos como metas o proyectos? ¿Qué pasaría si nos diéramos la oportunidad de imaginar un escenario donde lo que queremos lograr fuera realmente factible?
Explorar desde la curiosidad y apertura
Mis múltiples años de psicoanálisis me dieron la habilidad de hacerme preguntas profundas. Como resultado, he tenido conversaciones muy reveladoras conmigo misma.
Tras una de estas conversación, y reconociendo que, aunque me gusta mucho mi vida, hay otros lugares a los que me gustaría llegar, me senté a replantearme y reflexionar desde la apertura y la curiosidad:
“¿Cómo quiero que se vea mi vida?”
“Emocionante.”
“¿Cómo se ve una vida emocionante?
Hacer un trabajo de valor, que trascienda y me apasione.
Conocer personas interesantes.
Trabajar con personas talentosas y con inteligencia emocional.
Aprender de ellas.
Viajar por proyectos.
Ser reconocida.
Compartir lo que sé y conectar con otras personas.
Sentirme parte de una comunidad.
Tener siempre algo que esperar con ansias (perdón, no hay ninguna traducción que me parezca correcta).
Alcanzar mis metas de manera intencional.”
“¿Qué necesito?
Determinación y enfoque.
Tiempo.
Dejar de enfocarme en mis limitaciones.
Intentar, intentar, intentar.
Ser compasiva conmigo misma.
Crear y disfrutar el proceso.
DARME PERMISO DE DESCUBRIR AL ANDAR.”
Esa conversación me ha traído aquí hoy. A crear, a compartir, a ser vulnerable, con la esperanza de cambiar la perspectiva de alguien más. Mi meta es proponer herramientas emocionales y técnicas para hacer tangibles no sólo ideas, sino también sueños.
Próximamente, exploraremos conceptos como el autosabotaje, las autoexigencias, la voz interior, cómo enmendar la relación con nuestra creatividad y obtener claridad.
Gracias por compartirlo, me inspira <3!
Gran poder el de tomarse en serio.